
Durante más de tres décadas, la portada del álbum Nevermind de Nirvana se convirtió en un símbolo del grunge y en un emblema cultural de toda una generación. Sin embargo, para Spencer Elden, el famoso “bebé de Nirvana” que aparece desnudo en la icónica fotografía de 1991, aquella imagen terminó siendo una carga que lo acompañó toda su vida.
Lo que para millones de fanáticos representaba una obra de arte y rebeldía, para Elden se transformó en el centro de una batalla legal llena de controversia, marcada por acusaciones de explotación sexual infantil y reclamos de derechos de imagen.
El conflicto comenzó en 2021, cuando Elden —ya con más de 30 años— decidió demandar a Nirvana, al fotógrafo responsable de la portada y a los administradores del patrimonio de Kurt Cobain. En su denuncia, argumentó que nunca existió consentimiento por parte de sus padres para el uso de la imagen, que sus genitales se mostraban de manera “lasciva” y que esa exposición afectó su vida personal y profesional.
La demanda solicitaba una compensación de 150.000 dólares por cada uno de los 15 demandados, entre ellos Dave Grohl (baterista), Krist Novoselic (bajista) y Courtney Love, viuda de Cobain.
El caso llamó la atención mundial, especialmente porque Elden presentó la denuncia más de tres décadas después de la publicación del disco, cuando la portada ya era un ícono universal y él mismo había recreado la escena en varios aniversarios del álbum, posando voluntariamente para medios y fotógrafos.

El caso también generó controversia legal y cultural, ya que varios especialistas en derecho coincidieron desde el inicio en que la portada de Nevermind no cumplía con los criterios legales de pornografía infantil. Aun con esas observaciones, la demanda de Spencer Elden logró avanzar en los tribunales federales de Estados Unidos, convirtiéndose en un tema de debate público sobre los límites del arte y la exposición mediática.
En 2022, el juez Fernando M. Olguin decidió desestimar la demanda por cuestiones de plazos, argumentando que Elden había esperado demasiado tiempo —más de 30 años— para presentar el reclamo. No obstante, en 2023, una corte de apelaciones reabrió el litigio, lo que volvió a encender la discusión sobre la naturaleza de la icónica imagen:
¿Se trata de una obra artística provocadora o de una fotografía ilícita?

El origen de la portada más famosa del grunge
La historia detrás de la icónica portada de Nevermind de Nirvana se remonta a 1991, cuando el fotógrafo Kirk Weddle realizó una sesión de fotos en una piscina de California. En aquella ocasión, pagó 200 dólares a los padres de Spencer Elden, un bebé de apenas cuatro meses, para que participara en la imagen que más tarde se volvería legendaria.
Posteriormente, Weddle añadió digitalmente un billete de un dólar colgando de un anzuelo, un detalle simbólico que completó el mensaje visual del álbum. La escena representaba, según el concepto artístico, “la inocencia persiguiendo el dinero”, una crítica directa al capitalismo y a la pérdida de pureza en la sociedad moderna.

El resultado fue una de las imágenes más reconocibles en la historia de la música y la cultura popular. El álbum Nevermind de Nirvana se transformó en un fenómeno global, vendiendo más de 30 millones de copias en todo el mundo. Además, escaló hasta el primer puesto del ranking de Billboard y permaneció 554 semanas consecutivas en la lista, marcando un récord en la industria musical.
De este disco surgieron himnos como “Smells Like Teen Spirit” y “Come As You Are”, canciones que no solo definieron la década de los 90, sino que también consolidaron a Nirvana como la voz de toda una generación y al grunge como un movimiento cultural que cambió la historia del rock.
¿Pornografía infantil o arte provocador?
En 2021, Spencer Elden, conocido como el “bebé de Nirvana”, afirmó que había sido víctima de explotación sexual comercial debido a la icónica portada de Nevermind. Según sus abogados, la adición del billete de un dólar colgando de un anzuelo le daba una connotación sexual, haciendo que la imagen lo representara de manera similar a un “trabajador sexual”.
Además, la demanda señalaba que Nirvana había prometido cubrir sus genitales con un sticker en la edición final del álbum, lo cual nunca se cumplió. Los abogados de Elden alegaron que la portada le causó daños emocionales, afectó su desarrollo personal y creó un vínculo inseparable entre su identidad y la controvertida imagen que lo convirtió en un ícono involuntario de la cultura pop.

“Es un poco tétrico que tanta gente me haya visto desnudo. Me siento como la estrella porno más grande del mundo”, declaró Spencer Elden tras presentar la demanda inicial contra Nirvana por la icónica portada de Nevermind.
Sin embargo, la defensa del grupo y de los demás acusados sostuvo que Elden había explotado voluntariamente su propia imagen en múltiples ocasiones, incluyendo recreaciones de la famosa escena para las ediciones del 10º, 20º y 25º aniversario del álbum.
Los abogados de Nirvana insistieron en que la portada es una obra de arte con un mensaje social, y no un contenido sexualizado, subrayando su valor cultural y su relevancia histórica dentro del grunge y la música alternativa.
El fallo judicial y sus fundamentos
El juez Fernando M. Olguin fue contundente al evaluar la demanda de Spencer Elden, conocido como el “bebé de Nirvana”:
“Ni la pose, ni el punto focal, ni el contexto general sugieren que la portada de Nevermind muestre conducta sexual explícita”, afirmó.
El magistrado recordó que, para que una imagen de un menor sea considerada ilegal, no basta con la desnudez; debe existir una intención de provocación sexual, algo que no se cumple en este caso.
Además, el fallo destacó los antecedentes de Elden aceptando y beneficiándose públicamente de su rol histórico en la portada:
“El demandante ha disfrutado y obtenido beneficios financieros de aparecer en la portada del álbum. Estas acciones son difíciles de conciliar con su argumento de que la imagen constituye pornografía infantil”, concluyó el juez.

En su fallo, el juez Fernando M. Olguin comparó la portada de Nevermind con “una foto familiar de un niño desnudo en el baño”, subrayando que no existía intención sexual.
Además, destacó las contradicciones del propio Spencer Elden, quien durante años había capitalizado su fama como el ‘bebé de Nirvana’, vendiendo memorabilia y participando en entrevistas y recreaciones de la icónica portada.
Un cierre aún abierto
Aunque el fallo representa una victoria judicial para Nirvana y parece cerrar el debate sobre la controvertida portada de Nevermind, la defensa de Spencer Elden todavía podría presentar una apelación, lo que podría extender la disputa legal por varios años.
Sin embargo, tras múltiples intentos fallidos, expertos legales consideran que es poco probable que prospere un nuevo juicio, consolidando así el veredicto que respalda el carácter artístico e histórico de la icónica portada.

La portada de Nevermind seguirá siendo un ícono de la cultura de los años 90. Con este fallo, la justicia estadounidense dejó claro que la línea entre arte provocador y delito no se cruzó en la icónica fotografía donde, hace más de treinta años, Spencer Elden, el famoso “bebé de Nirvana”, posaba sin imaginar que se convertiría en parte de la historia del rock y de la cultura pop mundial.