
Un estudiante de medicina de Harvard, Nick Norwitz, decidió poner a prueba una de las creencias más repetidas en nutrición: “comer muchos huevos eleva el colesterol”.
Durante 30 días, llevó su cuerpo al límite comiendo 720 huevos, es decir, unos 24 huevos diarios, con un objetivo claro: comprobar si el colesterol dietético realmente afecta a los niveles de colesterol en sangre.
🔬 Un experimento al extremo

A lo largo del mes, Norwitz ingirió más de 133.000 mg de colesterol provenientes casi exclusivamente de los huevos.
Durante todo el proceso, realizó análisis de sangre para seguir de cerca sus niveles de LDL (colesterol malo), HDL (colesterol bueno) y otros marcadores de salud metabólica.
El contexto también es importante: su dieta era baja en carbohidratos, lo que puede modificar la manera en que el cuerpo maneja las grasas y el colesterol.
📉 Resultados inesperados
En lugar de subir, sus niveles de LDL bajaron aproximadamente un 18 % al final del mes.
Su colesterol HDL se mantuvo estable y no mostró signos de inflamación ni alteraciones negativas.
El resultado fue totalmente opuesto a lo que muchos esperarían y desafía la idea tradicional de que más colesterol en la dieta siempre equivale a más colesterol en la sangre.
⚠️ Pero cuidado con las conclusiones rápidas
Este fue un experimento personal (n = 1), no un estudio científico revisado por pares.
Por lo tanto, no se puede generalizar. Cada organismo reacciona de forma distinta según factores como la genética, el tipo de dieta y el estado de salud.
Aunque los huevos pueden formar parte de una alimentación saludable, los especialistas siguen recomendando moderación y equilibrio.
🌟 Lo que realmente nos enseña este caso
El caso del estudiante de Harvard que comió 720 huevos no busca promover el exceso, sino invitar a cuestionar los mitos nutricionales.
Lo que para uno puede ser inocuo, para otro puede ser riesgoso.
Y, sobre todo, demuestra que la ciencia de la nutrición aún tiene mucho por explorar.


